Thursday, January 25, 2007

El orgasmo de la inteligencia

Ramón Gómez de la Serna las definió como "metáfora + humor". Para mí son una expresión de sabiduría destilada, y también pueden actuar a modo de prueba de contraste para el lector: de su reacción ante ellas podemos deducir su personalidad y su carácter.

Las hay que están llenas de una curiosa sonrisa existencial, como "El día en que se encuentre un beso fósil se sabrá si el amor existió en la época cuaternaria."

¿Sería el amor lo que en su día nos hizo humanos?

También hay algunas que son sencillamente irreverentes, como "Nunca es tarde si la sopa es buena"; que se lo digan si no a Mafalda.

También podemos pensar en la nostalgia, o en la tristeza disfrazada de chiste: "En invierno los rosales están pensando en sus rosas."

¿En qué pensará el monitor cuando lo utilizo vilmente para ver cosas que puede que no le apetezcan ver?

...Amigos, si los lápices tan sólo escriben sombras de palabras, nuestras palabras apenas son simulacros de pensamientos; aun así, quiero leerlas, y quiero que os animéis a escribir vuestras propias greguerías.

Hasta pronto.

1 comment:

Mario Ruiz said...

Si bien mediante el paso del tiempo uno aprecia más el que le resta sí que tengo que decir que mientras el viento no es más que la ausencia de sosiego, yo no quiero viento ni sosiego sino sustento que distraiga mis peros.